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SAN JUAN EL BAUTISTA

San Juan El Bautista

 

 Juan el Bautista, simplemente el Bautista o San Juan, nació a finales del siglo I a.C. siendo venerado y considerado profeta por otras confesiones además  del cristianismo que le proclama santo y conmemora su fiesta el 24 de Julio

 Usaba el bautismo como sacramento central de su apostolado y todo el mundo está de acuerdo en que bautizó a Jesús. ​ Algunos estudiosos creen que este fue discípulo de Juan e incluso varios cuentan que algunos de los seguidores de Jesús habían sido antes discípulos suyos.​ Juan el Bautista también fue mencionado por el historiador Flavio Josefo.

 Según el Nuevo Testamento, Juan anticipó a una figura mesiánica mayor que él mismo,​ y el que vino fue Jesús. Los cristianos lo consideramos su precursor por haber anunciado su venida, teniendo también elementos en común con el profeta Elías.

 El Santo es mencionado en los cuatro evangelios canónicos y su descripción se toma directamente del Evangelio de Marcos: «un manto hecho de pelo de camello, un cinturón de cuero en la cintura, y se alimentaba de saltamontes y miel silvestre», junto con el anuncio de que “el que vendría posteriormente bautizaría con el Espíritu Santo y el fuego». Mateo, por otra parte, dice que predicaba que «el reino de los cielos se acerca» así como un «juicio venidero».

 El Evangelio de Lucas narra la milagrosa concepción de Isabel, que era estéril, esposa de Zacarías, ambos ancianos y sin hijos. Según el relato, el ángel Gabriel le anticipó el nacimiento de Juan a Zacarías mientras este ejercía de sacerdote en el Templo de Jerusalén.

 Su muerte es relatada como la concesión de Herodes a la hija de Herodías, tras una danza de aquella y la petición de consejo  a su madre, que odiaba al santo por afearle su matrimonio con el tetrarca.

 Tradicionalmente se ha dicho que está enterrado en la mezquita de Nabi Yahya, en Sebastia (Palestina), y se sabe que sus reliquias eran veneradas ahí. El santuario fue profanado bajo el reinado de Juliano el Apóstata y sus huesos fueron parcialmente quemados. Parte de las reliquias rescatadas fueron llevadas a Jerusalén y, posteriormente, a Alejandría, donde se colocaron en una nueva basílica construida sobre un templo de Serapis.

 Varios lugares afirman o han afirmado poseer la cabeza cortada. El  oficial de la Iglesia católica es la capilla de san Juan Bautista  de la Mezquita de los Omeyas de Damasco, lugar visitado por el papa Juan Pablo II en 2001, que «hizo una pausa de un minuto para meditar en silencio ante la tumba de san Juan Bautista»