CALENDARIO LITÚRGICO

 

 

 

EL TIEMPO ORDINARIO

 

 

   Los días en que no se celebra ningún acontecimiento importante de la vida de Cristo se les engloba en el llamado tiempo ordinario o simplemente durante el año. Son los domingos comprendidos, por una parte, entre el Bautismo del Señor y el Miércoles de Ceniza y, por otra, desde Pentecostés hasta el Adviento. Pueden ser 33 o 34, según el año. En estos domingos, la Iglesia católica medita el Evangelio de Cristo, su predicación y vida pública durante los tres años antes de morir. Cada año se escoge un evangelista: Mateo es el guía para el ciclo A, Marcos para el ciclo B, y Lucas para el ciclo C. San Juan generalmente se deja para los demás tiempos litúrgicos. Durante este tiempo se usan vestiduras verdes.

   En este tiempo hay espacio para otras fiestas y solemnidades del Señor y de los Santos: en primer lugar, algunas fijas como son la fiesta de la Santísima Trinidad, el domingo después de Pentecostés; la fiesta de Corpus Christi, tradicionalmente el jueves siguiente a la Trinidad, pero en la mayoría de los casos, trasladada al domingo; y la fiesta del Sagrado Corazón de Jesús, que se celebra el viernes después de la antigua octava de Corpus, por tanto, la semana después de esta fiesta.

   Otras fiestas se desarrollan en el tiempo ordinario, como la de San Juan Bautista, Santiago Apóstol o la Asunción de la Virgen, entre otras. En este tiempo, tienen mayor preferencia estas celebraciones sobre incluso los domingos, puesto que no se celebra en concreto ningún acontecimiento singular de la historia de salvación, si bien, cada domingo sigue conmemorándose, desde tiempos apostólicos, la resurrección de Cristo.

 El año litúrgico finaliza con la celebración de la solemnidad de Cristo Rey, con un sentido claramente escatológico, es decir, con la esperanza en la vida eterna. 

 Durante las celebraciones de los santos, se usan vestiduras de color blanco para las fiestas de Santa María, las fiestas de Cristo que no tengan un enfoque hacia la Pasión y la de los demás que hayan muerto de forma natural o celebraciones no martiriales. Se usan vestiduras de color rojo para las fiestas referidas a la Pasión de Cristo :Santa CruzPreciosa Sangre..., y a las fiestas de los santos mártires, por tanto, asesinados por su fe en Cristo, entre los que se incluyen los apóstoles y evangelistas, a excepción de San Juan, que no murió mártir. Conviene señalar que, si existe más de una fiesta de algún santo, solo se celebra de rojo la conmemoración de su martirio: San Juan Bautista, San Pablo, etc.